En primer lugar creo al igual que el autor de este artículo –Carlos Arroyo- que la culpa de que los jóvenes no aprendan de forma adecuada no se debe solo a que sean vagos o se desmotiven y desconcentren con cualquier cosa, aunque está claro que muchas de las veces no haya nada más que altere el ritmo de aprendizaje, otras tantas sí que las hay. Por ejemplo una de las cosas que tienen mayor peso en esta dificultad de aprendizaje puede ser la poca o nula colaboración de los profesores en las clases y los padres en las casas, puesto que en esas edades cualquier cosa es buena para distraernos y siempre viene bien alguien cerca que te diga dónde estás y lo que tienes que hacer y no hacer, cuáles son tus obligaciones…etc. Otra de las cosas podría ser el desfase metodológico y pedagógico existente en el sistema educativo o en la mayoría de él. Debemos dejar a un lado los estilos de aprendizaje de la vieja cátedra e introducir y potenciar nuevos métodos, pues los antiguos fueron buenos en sus tiempos pero ahora tienen muchas grietas que hay que intentar cubrir. El problema está en que muchos se niegan o les cuesta llevar a cabo este cambio y por tanto aún tenemos una educación metodológicamente anticuada.
En segundo lugar, es muy importante saber qué utilidad y uso debemos darle a las nuevas tecnologías, pues de nada sirve incorporar ordenadores a las aulas si no sabemos qué hacer con ellos. Los profesores deben saber darles a sus alumnos la formación adecuada, lo importante es centrarse en mejorar la manera de aprender.
- Aprendizaje significativo.
- Integrar de forma inteligente y eficiente recursos tecnológicos.
- Trabajos complejos y creativos, tanto individuales como colectivos, equilibrándolos de forma adecuada con los exámenes.
“Saber expresar una idea es tan importante como la idea misma”
No hay comentarios:
Publicar un comentario