La semana
pasada realizamos en clase otro debate, esta vez sobre los videojuegos.
Salieron muchas cuestiones, dudas y opiniones diferentes acerca de si son o no
educativos, a partir de qué punto un videojuego es educativo o no, o si es
igual engancharse a un libro que a un videojuego.
Desde mi punto de vista creo que “todo en exceso es
malo”, es decir, tanto si es a un libro como si es a un videojuego, llegar al
punto de convertirte en “adicto” con los consiguientes problemas que ello
conlleva como: bajo rendimiento escolar, conducta antisocial, sedentarismo e
incluso inclinación a la violencia…ya es un problema. A veces la culpa de esta
adicción no es de los videojuegos o de los niños en sí, sino de los padres o
adultos a cargo del niño que no se hacen responsable de su buen uso.
Sí que es cierto que está mejor visto ver a una
persona leyendo que jugando a un videojuego, y seguramente no se le castigaría
igual a un niño que pasara todo el día pegado a la tele que a otro pegado a las
páginas de un libro, aunque no debería de ser así.
Una de mis compañeras comentó en el
debate que debería de imitarse la metodología de algunos de los videojuegos y
aplicarla en la escuela, es decir, que al igual que en un videojuego tienen
varias vidas y cuando se equivocan pueden rectificar y volver a hacerlo,
debería ser igual en los trabajos, ejercicios o problemas que tenga el alumno y
volver a repetirlo hasta conseguir su objetivo, por ejemplo. Estoy bastante de acuerdo
puesto que sería una forma de hacer ver que también hay algo bueno en los
videojuegos y que de ellos se puede aprender tanto contenidos, conocimientos…
como métodos y técnicas.
Al igual que los libros, hay juegos educativos y
otros no tanto.
Por un lado, para controlar a nuestros niños creo
que lo más conveniente es que los padres se encarguen de dirigir y supervisar
el tipo de juego (en el caso de los más pequeños), pues ellos sabrán si es el
más adecuado para sus hijos, puesto que es fácil encontrar juegos que fomentan
la violencia, sexistas, racistas…
Otro
punto que siempre he oído en contra de los videojuegos es el daño que causa
estar pegado a una pantalla durante horas. Pero, he encontrado en un artículo
acerca de estos temas algo interesante: Según el Profesor Dr. Jorge Alió,
Catedrático de Oftalmología y director de VISSUM Corporación Oftalmológica,
argumenta que “las connotaciones negativas de la informática, en general y con
relación a la vista, son un mito”. Las pantallas ayudan a estimular la visión y
se utilizan como tratamiento y rehabilitación en los casos de ojo vago, sobre
todo en niños y en problemas de binocularidad. (Villoslada, A. (s.a.)
Videojuegos educativos una herramienta para aprender [en línea]. http://www.todopapas.com/ninos/educacion/videojuegos-educativos-una-herramienta-para-aprender-3859
[Consulta: 08-03-13]
Por otro lado, los videojuegos también tienen funciones educativas como pueden ser: aprender contenidos y valores, adquirir mayor destreza y habilidades con el mundo digital, desarrollar la autoestima y superación (al conseguir el objetivo que nos proponemos desde un principio), fomentar la cooperación entre varios jugadores, aprender a tomar decisiones, favorecer la coordinación entre manos y vista…etc.
Como conclusión, creo que los videojuegos pueden ser
una herramienta educativa siempre y cuando se haga un buen uso de ellos. Los
padres deben tener el control de sus hijos, hacer la selección de los más
adecuados, establecerles el tiempo y el lugar de juego e intentar participar
con ellos en todos los que sea posible.
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